Cofradías de Armariz



Cofradías de la parroquia de San Cristóbal de Armariz
Libro parroquial de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario

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Hoy voy a escribir sobre las cofradías que han existido en nuestra parroquia. He de confesar que ignoraba totalmente su existencia y que supuso una sorpresa conocer algunos detalles de su funcionamiento. Ha sido la casualidad, al examinar los libros parroquiales en el Archivo Histórico Diocesano de Orense, lo que me condujo a conocer la existencia de estas instituciones. Existen en el referido archivo los libros registro que recogen sus cuentas y estatutos constitutivos, aunque creo que algunos se han extraviado en épocas pasadas. Como una aportación más a nuestra historia, paso a comentar algunos detalles que he descubierto, y que para mi presentan gran interés en cuanto reflejan costumbres que tuvieron nuestro antepasados y que pervivieron durante muchos siglos.

Si alguien nos habla de cofradías, la imagen que nos viene a la mente en un primer momento es el de las tradicionales cofradías de Semana Santa, que en esas fechas procesionan con algún paso o representación de la pasión de Cristo. Si bien esto es cierto, también existen otro tipo de cofradías que ahora voy a detallar.


El término cofradía define en general una hermandad o gremio que agrupa un cierto número de individuos con una característica común, para defenderse y ayudarse mútuamente. Las cofradías en la Edad Media agrupaban las personas que ejercían el mismo oficio. Estas cofradías o hermandades vigilaban que solo ejercieran la profesión aquellos que previamente habían sido aceptados como maestros en su arte, después de un largo proceso de aprendizaje con otro maestro y haber superado una prueba ejecutando una “obra maestra”. Estas hermandades tenían un santo patrón, en cuya festividad celebraban actos religiosos y profanos para festejar el acontecimiento anual. Por otra parte también ejercían estas cofradías una labor solidaria entre sus miembros, ayudando a los enfermos, organizando los entierros, ofreciendo misas y cera para los funerales, además de algunas otras obras pías para la población en general. Para atender estas obligaciones realizaban aportaciones periódicas de dinero que administraban los mayordomos de las respectivas cofradías.

Con el tiempo, las cofradías fueron perdiendo este sentido gremial, particularmente cuando la vida artesanal fue sustituida por una actividad productiva más empresarial, en especial a partir de la conocida como Revolución Industrial, que fue cuando el capital comenzó a prevalecer en la actividad económica proletarizando el trabajo. Es a partir del siglo XVIII cuando las cofradías adquieren un sentido estrictamente religioso, de las cuales voy a tratan en este artículo.


Imagen de Nuestra Señora del Rosario

Actualmente se acostumbra a clasificar las cofradías en tres tipos en función de su finalidad principal: 

 
Cofradías Penitenciales, que son las que tienen por finalidad ensalzar la Pasión de Cristo, con ceremonias de culto en Semana Santa, manifestaciones procesionales, además de actos de penitencia y oración, asistencia a los hermanos cofrades en situaciones de necesidad y obras de caridad. A este tipo de cofradías corresponden las que hoy en día salen en procesión durante la Semana Santa.

Cofradías Sacramentales las que tienen por finalidad la adoración del Santísimo Sacramento, cuyas celebraciones culminan en el Corpus Christi.

Cofradías de Gloria, que son las que fomentan el culto de algún santo o advocación mariana. Este tipo lo constituyeron en el pasado la mayoría de las creadas y estimuladas por el obispado y el clero parroquial, con la finalidad de fomentar la participación del pueblo en la vida religiosa, a la vez que garantizaban unos ingresos a los párrocos por las celebraciones y ceremonias que conllevaban.

Las cofradías estaban organizadas bajo la dirección de un mayordomo que se elegía anualmente entre sus miembros; cumplimentaban un libro de cuentas que recogía las aportaciones de los hermanos y los gastos, que se custodiaba en la parroquia bajo la supervisión del párroco. Anualmente se hacía un cierre de cuentas en el cual el mayordomo saliente justificaba el saldo recibido del anterior, más los ingresos y menos los gastos del año, para terminar con un saldo que entregaba al nuevo mayordomo para el año siguiente.

Medallas de la cofradía de las Hijas de Maria

En nuestra parroquia existieron en la antigüedad cuatro cofradías, algunas de ellas incluso durante siglos: las cofradías de San Roque, Santiago, Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora del Carmen. De origen más reciente, a finales del S. XIX está la hermandad o asociación de las Hijas de María, de carácter femenino. La cofradía de Nuestra Señora del Carmen debió de existir durante un período muy breve, pues no consta en el Archivo Diocesano el libro de cuentas, ni su fundación y estatutos, apareciendo solo alguna referencia indirecta en las visitas pastorales del obispo a la parroquia en algún momento muy concreto. No así las tres primeras que pervivieron durante siglos.

Estas cofradías celebraban anualmente la festividad del santo bajo cuya advocación se crearon, con misa solemne concelebrada por varios sacerdotes, precesión y gran banquete para los hermanos cofrades. También tenían como finalidad pagar algunos actos religiosos en los entierros de sus miembros, además de aportar la cera en sus funerales, y ofrecer misas mensuales por las ánimas del purgatorio.

También hay que decir que cuando en la iglesia había alguna necesidad de dinero para el culto, y no alcanzaba lo que se recaudaba de las primicias, cobajes y limosnas, el párroco echaba mano de los fondos de las cofradías. Esta intromisión en los dineros de la hermandad no era recibida con agrado por sus miembros que veían desviar los fondos a una finalidad distinta de la que constituía su objeto.

Imagen de San Roque

Es de destacar la gran importancia que daban a la fiesta del santo patrón de la cofradía, que incluía una comida de hermandad y fiesta posterior, cuya abundancia nos puede parecer exagerada hoy en día. Se celebraba una gran ceremonia religiosa, que según la costumbre del momento debía tener como mínimo seis sacerdotes, con misa cantada solemne y procesión, además de cinco misas rezadas, terminando con una gran fiesta y comilona. Es lo que llamaban los “saleres”, criticados por los obispos en sus pastorales como veremos más adelante. A título de ejemplo reproduzco a continuación el detalle de gastos de la cofradía de Santiago del año 1676, donde además de la evidente gran comida que celebraban, los gastos que suponía la iglesia y el cura tampoco eran desdeñables. Los gastos de la cofradía de San Roque eran de tipo similar, con pocas variaciones en ambos casos a lo largo de los años.

“Cuentas que tomaron a Domingo Gómez de Valdoasno, Mayordomo que fue de la Cofradía de Santiago el año de 1676.
Datta (Gastos):
Da por descargo lo que costaron

De seis castrones                     165 Rs
Más costó la vaca                     149 Rs
Más de seis fanegas de trigo      180 Rs
De seis canados de vino

(a dieciocho Rs y medio)            111 Rs
Dos tegas de centeno                   8 Rs 17 Mrs.
De un carnero                            11 Rs 17 Mrs
De leña                                      9 Rs
De especias                                7 Rs
De la panadera                            5 Rs
De pollos                                    4 Rs 08 Mrs
De manteca, huevos, tocino, 

anguilas, sal y otras menudencias 20 Rs 17Mrs
De gaitero                                  11 Rs
De los señores sacerdotes            29 Rs.
De capilla                                   52 Rs
De catorce libras de cera

(a doce Rs. la libra)                    168 Rs
TOTAL                                          931 Rs 22 Mrs
Monta el descargo 931 Reales de vellón y 22 Maravedís como consta por un memorial por menor”.

Notas aclaratorias:
Los gastos de los señores sacerdotes, capilla y cera representan 249 Reales, lo que supone casi un 27 % del total.
Seis fanegas de trigo eran 30 ferrados, que a 17,68 litros totalizaban 530,4 litros de trigo. Hay que tener en cuenta que los cereales tienen distinto peso según su naturaleza para una misma medida de volumen, motivo por el que se indican en litros la equivalencia de su volumen. Las medidas eran una especie de cajones que se usaban para todos ellos.
Un canado son 36,50 litros, con lo que seis canados de vino equivalían a 219 litros aproximadamente.
Dos tegas de centeno, (una tega son dos ferrados), hacen 4 ferrados, que a 17,68 litros, totalizan un volumen equivalente de 70,72 litros.
Un real de vellón equivalía a 34 maravedís en tiempos de los borbones, aunque esta proporción varió mucho a lo largo de la historia, dependiendo del contenido en plata del real.
Castrones son machos cabríos castrados, término que yo desconocía.

En cualquier caso estas celebraciones eran ciertamente pantagruélicas, ya que una vaca, seis castrones, un carnero, pollos, anguilas y otras viandas dan para mucho comer, que sumados a los 219 litros de vino consumidos, eran una auténtica prueba para aquellos organismos fuertes y ávidos de saciarse en estas celebraciones, previsiblemente en revancha a las estrecheces de la vida diaria.

Imagen Románica del Apostol Santiago - Detalle del Pórtico de la Gloria

He podido observar que las cofradías de Santiago y San Roque tenían una recaudación y gastos similares, mientras que los de la Virgen del Rosario eran mucho más modestos, limitándose los gastos a las misas mensuales y celebraciones religiosas, de forma que todos sus ingresos iban en su totalidad destinados al culto. A pesar de que las comilonas de las dos primeras cofradías son claramente excesivas a nuestros ojos, hay que comprender lo que intuimos eran unas duras condiciones de vida, pues entre diezmos, primicias, “cobajes”, impuestos, foros, luctuosa, y otros tributos, poco quedaba disponible para el alimento diario de la familia. Estas celebraciones constituían los pocos momentos de disfrute y olvido de las penurias diarias. Entre los nobles y curas se llevaban una considerable parte de unas rentas ya de por sí escasas. Además de lo anterior, las familias gastaban a título particular una considerable cantidad de su renta en limosnas para la iglesia, y sobre todo en pagar misas por las benditas ánimas del purgatorio de sus familiares fallecidos. Para rematar, en el momento de la muerte, y persuadidos por el confesor, dejaban comprometidas misas por su alma o incluso donaciones importantes, que debían abonar sus herederos so pena de excomunión mayor. Era tal el temor a la otra vida, y la predicación interesada de la iglesia de conseguir la salvación del alma a través de misas y limosnas, que comprometían el futuro de su familia con la esperanza de la salvación.

Imagen de San Roque - Cuadro de Francisco Ribalta

No contentos con esta evidente explotación de los escasos recursos de los feligreses, era tal el celo de la iglesia en imponer su rigor moral en las costumbres y tradiciones, que llegaron a prohibir la música en las celebraciones de los santos patronos por parte de las cofradías, no solo en la iglesia sino en el atrio y en la celebración posterior, además de la rigurosa separación de hombres y mujeres en todas las ceremonias religiosas y procesiones. Detallo a continuación algunos ejemplos extraídos de los mandatos que los obispos dejaban en sus visitas pastorales a la parroquia.

La visita pastoral en 1683, el 7 de julio, indica en sus mandatos el Sr. Obispo relativos al decoro en el vestir:
“Item. Mandó su Ilustrísima, que ningún hombre secular de cualquier calidad que sea entre en la iglesia con pelo atado, ni puesto en trenza, ni embozados en las capas, ni con zapatos a la chancleta, pena de excomunión mayor late sentio.
Y debajo la misma pena, ningún eclesiástico traiga corbata, ni ande vestido a la moda como los seculares, ni diga misa sin cuello”.

En la pastoral del Sr. Obispo de 18 de enero de 1715 tenemos un ejemplo de los mandatos sobre las normas de moralidad estrictas imperantes en esa época, tanto para los sacerdotes como para los feligreses en las fiestas de las cofradías o “saleres”, así como de los “fiadeiros”, cuyo texto relativo a esos temas reproduzco a continuación:

“…Convendría al servicio de Dios que los sacerdotes no fueran padrinos en el bautismo, porque no tuvieren ocasión de trato familiar con mujeres con el pretexto de compadres, en que se han experimentado inconvenientes a la honra del estado sacerdotal, y mandamos especialmente pues, si algún sacerdote cayese en alguna flaqueza, que Dios no permita, no sea padrino de quien es padre.

Exhortamos a los abades y demás curas que procuren desterrar las comilonas con el modo más fuerte, y “saleres”, que se usan en las fiestas de santos y hermandades, reduciéndose el caudal a más moderada contribución de los hermanos, que sobra para la fiesta a la iglesia y cera para sus funerales. Pues los otros convites, según se experimenta, más destruyen que edifican lo que es del culto de Dios y salvación de las almas.

Por cuanto en algunas feligresías reina una abominable costumbre que llaman de fiadas o hilandera, en que de noche concurren hombres y mujeres, y suceden no pocas ofensas de Dios, exhortamos y mandamos a todos los párrocos procuren desterrar tan malos concursos valiéndose para ello, si fuere necesario, del auxilio de la justicia secular. Quien no la tomare en mano o fuere omitido, dennos aviso para que nos valgamos de poder superior que obligue y castigue a los jueces seculares”.

Vemos que también se usa de los fondos de las cofradías para obras ajenas a su función o se amenaza a los mismos con suprimir los “saleres” (fiesta profana de las cofradías).

Visita pastoral – 1698 – de 29 de octubre
“Asimismo manda su Ilustrísima que, de los alcances de la hermandad de Ntra. Señora, el abad quite hasta diez ducados para ayuda de un viril de plata que manda se haga para la iglesia, y lo demás que costare dicho viril se supla de los alcances de fábrica”.

Visita pastoral - 1764 – de 6 de junio
“Manda que a cuenta de los vecinos se reparen y compongan las puertas de la iglesia para lo que contribuirá cada uno por lo que respectivamente les pertenezca, lo que se hará dentro de un mes, y en defecto, el teniente cura suspenderá por un año, o más, la función que llaman de “saleres” de la cofradía de San Roque, y compondrá dichas puertas a cuenta de su producto”.

En la visita pastoral de 1788, de 6 de diciembre, se vuelve a insistir en el tema de los “saleres” y gaita:
“Hay también las (cofradías) de San Roque y Santiago en las que se conserva aún el abuso de los “saleres”.
Prohíbense “Saleres” y Gaita. - No permita “saleres”, ni que se toque la gaita en la iglesia, atrio, procesión, ni otra función sacra, ni se admita en data el gasto de semejante música, y haga entender a sus feligreses la disposición con que deben entrar y salir del tempo, la modestia con que han de estar en él, y como deben solemnizar las fiestas de los santos”.

Pastoral de 1671, 22 de febrero, prohibiendo la tradición de los fieles de velar en la iglesia la noche del Jueves Santo al Viernes Santo.
“Item. Deseando se excusen todas las ocasiones de ofensa de Dios, mandamos que en todas las iglesias de nuestro obispado las noches de Jueves Santo se cierren las puertas una hora después de anochecer, en la cual se podrán hacer las procesiones, y pasada la dicha hora, el abad de cualquiera feligresía y otras cualesquiera personas a quienes tocar pueda cuidarán de la ejecución de este mandato inviolablemente, y que no se abran las puertas de las iglesias hasta el día siguiente Sábado Santo, quedando de noche las lámparas encendidas para alumbrar al Santísimo Sacramento”.

En la tradición popular ha habido santos que han gozado de especial devoción, entre los que podemos citar como ejemplos a San Antonio y San Roque. Éste último en particular ha sido muy venerado como santo protector contra las epidemias y plagas, tan frecuentes en épocas en que las condiciones higiénicas y médicas eran casi inexistentes. Las cofradías dedicadas a San Roque fueron muy habituales en las parroquias gallegas. También en nuestra parroquia se creó una cofradía bajo la advocación de dicho santo, motivo por el que creo interesante conocer algunos detalles que la tradición nos ha legado relativos a la vida del santo.

Imagen de San Roque - Chinchón

San Roque se cree que nació en Montpellier, Francia, hacia el año 1300. Hijo de una familia rica, llevó una vida muy piadosa. Cuando quedó huérfano siguió la enseñanza del evangelio que dice, “para conseguir la salvación aún te falta una cosa; vende todo cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; ven y sígueme”. Así lo hizo, y liberado de los bienes materiales emprendió luego una larga peregrinación a Roma. En su viaje, ya en Italia en la región de la Toscana, se encontró con los efectos de la peste negra.

La peste negra fue una epidemia que devastó Europa en el siglo XIV, alcanzando su pico de mayor virulencia entre 1346 y 1361. La mortalidad fue tal que redujo la población europea a menos de la mitad, calculándose una incidencia del 60 % del total.

La peste negra se cree que se inició en Mongolia de donde se extendió a China, India, y a través de Rusia llegó al continente europeo, Oriente Medio y norte de África, calculándose una mortalidad de entre 50 y 75 millones de personas, que para aquella época fue demoledor.

San Roque atendió a los enfermos, sin preocuparse por el contagio, cuando nadie quería cuidarlos ni siquiera enterrarlos. A algunos los curó milagrosamente y a otros los ayudó a bien morir. Algunas versiones dicen que en su juventud pudo haber estudiado medicina en su ciudad natal, que era un lugar muy reputado en ese tipo de estudios.

Continuó luego camino a Roma prodigando su labor caritativa y asistencial a los afectados por la peste allí por donde pasaba. Ya en la Ciudad Eterna permaneció allí por un tiempo, donde fue recibido por el papa, hasta que decidió retornar a su ciudad natal.  En su viaje de vuelta, cuando pasaba por Piacenza, cayó enfermo de la peste, por lo que se retiró a un lugar apartado en un bosque fuera de la ciudad. Dice la tradición que un perro, perteneciente a una rica casa cercana, acudía cada día al lugar donde San Roque estaba, le lamía las llagas y le llevaba en su boca un pan que cogía de la mesa de su amo. Milagrosamente San Roque se curó, siendo acogido luego por este rico hombre que le ofreció su casa para completar su recuperación. Durante esta estancia transmitió su profunda fe cristiana a todos los miembros de la casa, continuando luego su viaje una vez restablecido.

En el norte de Italia fue hecho prisionero acusado de espía, siendo encarcelado y muriendo finalmente en prisión. Como en muchos casos de santos de épocas antiguas se mezcla la tradición y fe popular con los datos históricos, siendo difícil determinar que es una cosa y cual la otra.

Se representa a San Roque vestido de peregrino, con una herida en una pierna y acompañado de un perro. Es el patrón de los contagiados por epidemias y pestes, de los enfermeros, de los acusados falsamente, y de los peregrinos e inválidos, entre otros. Su festividad se celebra el 16 de agosto.

En nuestra parroquia también se acudía a San Roque en las rogativas en épocas de gran sequía pidiendo su intercesión para que llegara la lluvia, saliendo entonces en procesión, excepcionalmente fuera del atrio de la iglesia, desde la capilla de San Ramón hasta la iglesia de San Cristóbal. El párroco iba dirigiendo las oraciones y peticiones de agua, intercalando cánticos con las coplas de los gozos de San Roque, del siguiente tenor:

Pues médico eres divino
con prodigiosas señales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.


Considero que puede ser de interés conocer estas viejas coplas o gozos de San Roque que todos nuestros antepasados conocían y cantaban con auténtica devoción. Quedan incluidas más abajo como Anexo III, para quien pueda sentir interés por su contenido.



Imagen de San Roque - Palmi (Calabria-Italia)

Otras oraciones que también se rezaban para pedir la lluvia serían por ejemplo:

Oh Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos: 
concédenos la lluvia oportuna para que, 
ayudados con los bienes del presente, 
apetezcamos confiadamente los eternos. 
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

San Isidro Labrador,
ejemplo de vida entregada al señor.
Te pedimos tu intercesión ante Dios,
para recibir la lluvia en nuestros campos
y la protección de nuestras cosechas,
para que de esta manera podamos obtener
el pan nuestro de cada día
para gloria de tu santo Nombre.



Respecto a la figura de Santiago, por ser sobradamente conocido, omito la reseña que la tradición asocia a su vida, a su visita y evangelización de España, incluida la aparición de la Virgen del Pilar a orillas del Ebro en Zaragoza. La festividad de este santo se celebra el 25 de julio, con idéntico ceremonial en su cofradía que el referido anteriormente para San Roque.


Aparicion de la Virgen del Pilar a Santiago en Zaragoza a orillas del río Ebro

Estas cofradías o hermandades se extinguieron, sin que pueda precisar el momento dada la falta o extravío de sus últimos libros de cuentas. Previsiblemente ocurriría a principios del siglo XIX, momento en que concurren varias circunstancias de marcado carácter anticlerical. Por una parte llegan las nuevas ideas liberales que ponen de manifiesto el abuso de la iglesia sobre los crédulos campesinos, despertando su sentido crítico contra las formas de vida del Antiguo Régimen y la explotación económica a que estaban siendo sometidos. Además aconteció la invasión napoleónica, que supuso en general una profunda alteración de la vida económica durante los años que duró la guerra, lo que originó escasez y dificultades para hacer frente a todo tipo de gastos superfluos. El proceso desamortizador de los bienes eclesiásticos, y la exclaustración de los monjes de las órdenes religiosas regulares en el segundo tercio del siglo XIX, también contribuyeron a ir cambiando la mentalidad de la gente. Lo cierto es que ya en el siglo XIX no tengo constancia de la actividad de las cofradías en nuestra parroquia.

Nuestra Señora del Rosario - San Nicolás - Argentina

La Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, cuyos estatutos figuran en el Anexo II, fue fundada por el Padre Fray Gerónimo Bordallo de la orden de Santo Domingo, predicador en el convento del Rosario de la ciudad de Orense. Los dominicos se caracterizaron por su labor evangelizadora, habiendo participado en numerosas misiones en la diócesis de Orense. Previsiblemente en una de ellas, el referido Padre Bordallo fundó la cofradía de Nuestra Señora del Rosario en nuestra parroquia en el año 1672. Dentro de los fines de las misiones re-evangelizadoras dirigidas por los dominicos estaba el estimular la devoción de la Santísima Virgen y el rezo del rosario.

La festividad de Nuestra Señora del Rosario se celebraba el día de la Purificación de Nuestra Señora, el dos de febrero. La celebración consistía en una misa solemne cantada con asistencia de cuatro sacerdotes, además de otras tres misas rezadas, con procesión alrededor de la iglesia y demás actos religiosos previos dedicados a la adoración de la Virgen. Hay que precisar que hoy en día esta festividad se celebra el 7 de octubre, día de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario.

A diferencia de las cofradías de Santiago y San Roque, de los libros de cuentas de esta cofradía se desprende que los ingresos se gastaban en su totalidad en el culto, pagando las misas en su festividad anual, además de las misas mensuales por las ánimas del purgatorio, y la cera para los funerales de sus miembros. No consta que hubiera celebraciones profanas.

Tampoco en este caso puedo precisar el momento en que se extinguió esta cofradía, suponiendo que su final habrá coincidido con el de las otras dos mencionadas anteriormente.

Cuadro - La Virgen entrega el rosario a Santo Domingo

Asociación de las Hijas de María

Todavía mi madre recuerda que en los años de 1930 y 1940 había una asociación de mujeres en nuestra parroquia que se llamaba Las Hijas de María. Esta asociación o cofradía, además de sus compromisos religiosos de rosarios, novenas y festividad de la Virgen, también organizaba lo que era la Fiesta de las Flores, celebrada a final de mayo o principios de junio. En dicha fiesta se celebraba tradicionalmente la primera comunión en la parroquia, de la que ya hablé en el artículo sobre las “Ceremonias Familiares”. La Fiesta de las Flores era la tercera fiesta parroquial, organizada por las Hijas de María, que recaudaban los donativos de los parroquianos y contrataban la banda de música para el baile, con menor número de músicos que en las fiestas grandes.

Reglamento de la Cofradía de las Hijas de Maria

No he podido ver ningún libro de esta asociación, aunque deduzco que su creación correspondería a final del siglo XIX, tal vez hacia 1880. Su actividad se extendería hasta después de la Guerra Civil, tal vez incluso hasta finales de los años 1940, aunque este período es una mera suposición por mi parte, basada en elementos indirectos sin ningún apoyo documental.

Santa Catalina Labouré - Fundadora de las Hijas de María

La asociación o cofradía de las Hijas de María tiene su origen en la Hermana Catalina Labouré, novicia de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul. En 1830 se le apareció la Virgen Inmaculada encomendándole la creación de una cofradía. En palabras de la propia Sor Catalina a su director el Padre Aladel, le dijo:  “La Santísima Virgen le quiere encomendar una Misión: le pide que cree una Orden, que será la cofradía de las Hijas de María, de la cual será usted su fundador y director”…

La cofradía obtiene la aprobación pontificia del Papa Pío IX el 20 de Junio de 1847. Las asociaciones se formaron en todas las casas de las Hijas de la Caridad, constituyendo una confraternidad piadosa dedicada a María Inmaculada, formada por chicas jóvenes que asistían a sus escuelas o talleres.

El decreto de Pío IX, del 19 de Setiembre de 1876, amplió el ámbito de esta asociación a jóvenes no pertenecientes a los colegios o talleres de las Hermanas de la Caridad, confirmando todos sus privilegios su sucesor León XIII. Es a partir de 1876 cuando comienza la expansión de la cofradía por otros países europeos y del resto del mundo, entre ellos España, donde se extiende por numerosas parroquias dada la gran devoción que siempre ha tenido la Virgen. Creo que en su expansión jugó un papel fundamental la compañía de San Vicente Paul, cuyos predicadores, los padres paúles, participaron en numerosas misiones evangelizadoras en las parroquias de todo el país.


Santa Catalina Labouré fue canonizada en 1947 por el Papa Pío XII, acontecimiento que marcó un hito en su misión evangelizadora, especialmente después del Concilio Vaticano II. En esta nueva andadura consiguió un notable desarrollo en Hispanoamérica.

Los detalles que definen a las Hijas de María se mantienen fieles al espíritu fundacional, que recogen sus estatutos, de los que destacamos los siguientes:
- Honrar a María Inmaculada por la imitación de sus virtudes, particularmente su pureza, humildad, obediencia y caridad.
- Usan como insignia la “Medalla Milagrosa”.
- Se expanden no sólo en las casas de las Hijas de la Caridad sino en las parroquias.
-Comprenden distintas secciones según edades y circunstancias: Mensajeras de la Virgen, Aspirantes, Hijas de María propiamente dichas, las Amistades Marianas y las Hijas de María casadas.


Las Hijas de María de nuestra parroquia en el día de la fiesta - Hacia 1930

En nuestra parroquia no existía esa distinción por secciones. Hasta donde he podido saber había una única categoría a la que solo pertenecían las chicas jóvenes solteras. En el momento del matrimonio cesaban como miembros. Como elementos distintivos usaban la mantilla blanca y la medalla de la Inmaculada de la asociación con una cinta blanca que llevaban colgada al cuello. Celebraban actos religiosos dedicados a la Virgen, especialmente durante el mes de mayo. En la celebración de la Fiesta de las Flores sacaban a la Virgen en procesión, precedida de un estandarte también dedicado a la Inmaculada del cual pendían dos cintas azules que sujetaban dos niñas comulgantes.


Procesión de las Hijas de María en nuestra parroquia - Hacia 1930

Anexo I
Constituciones de las Cofradías y hermandades del Glorioso Apóstol Santiago el Mayor y del Glorioso San Roque, sitas en la Iglesia Parroquial de San Cristóbal de Armariz.
Dentro de la Iglesia Parroquial de San Cristóbal de Armariz, domingo catorce de julio de mil seiscientos setenta y cinco, estando yo el Párroco Francisco González, abad de dicha feligresía, estando para decir la misa del pueblo, y juntos los feligreses o la mayor parte de ellos, y en particular:

Santiago - Cuadro de Francisco Camilo - Museo del Prado

Juan de Catoya
Juan de Martiña
Gregorio Alvarez
Gregorio da Cernada
Juan Alonso Domingo
Clemente de Arenillas
Antonio Sánchez
Gregorio Rodríguez
Antonio Álvarez
Francisco Mundín
Gregorio Maside
Juan González
Francisco Cortés
Pedro Cortés
Domingo Pérez
Andrés Fernández
Pedro Carballo
Gregório Alvarez Granada
Pedro Pérez
Pedro Carballo de Tioira
Juan Fernández
Estevo Alvarez
Francisco da Graña
Francisco do Casar
Bernardo González
Lorenzo Alvarez
Pedro Lorenzo
Domingo Alvarez
Gregório Cortés
Antonio Fernández de Saa
Gregório Gómez de Saa
Antonio Lorenzo
Lorenzo de Verdecima
Gregorio de Porras

Por sí, y en nombre de todos los demás feligreses ausentes y presentes y venideros, dijeron que ha muchos años y en esta iglesia están sitas dos cofradías, una del Glorioso Apóstol Santiago el Mayor y otra del Glorioso San Roque, y que no han tenido ni tienen Constituciones ni ordenanzas por donde se regir y gobernar, y por parecerles ser muy conveniente al servicio de Dios nuestro Señor, y de los Benditos Santos, y al bien de sus almas, el que las hayan y tengan, y así las hicieron y decretaron en la forma siguiente debajo del beneplácito del Ilustrísimo Sr. Obispo de este Obispado.

Santiago Matamoros - Catedral de Burgos

Primeramente, yo el dicho abad y feligreses referidos, asentamos, damos por buenas y conforme a razón las dichas Cofradías, y queremos se prosigan adelante como hasta aquí, celebrando sus fiestas en sus días con misa cantada y procesión, con asistencia de seis señores sacerdotes por lo menos, los cuales dirán misas rezadas y se les dará la limosna acostumbrada.

2 Item. Ordenamos que todos los feligreses seamos cofrades, pagando de limosna en cada año a cada una de las cofradías un Real cada cabeza de casa, y por los hijos que llegan a recibir los Santos Sacramentos medio Real de cada uno, para misas y cera de las dichas cofradías, y ninguno de los que una vez se asentaren por cofrades pueda salirse de ellas a menos que pagando media libra de cera a cada cofradía, y si en algún tiempo quisiere volverse a ellas pague una libra de cera a cada una, y de otro modo no sea admitido.

3 Item. Ordenamos que de la limosna de dichas cofradías se pague una misa cada semana, y se dirá por los hermanos cofrades vivos y difuntos, pagando lo acostumbrado que son dos Reales.

4 Item. Que de la limosna de dichas cofradías se hayan de hacer y labrar veinticuatro libras de cera por lo menos, para las procesiones en las festividades de los Santos Patronos de estas cofradías y para que ardan en los entierros, tercios y cabos de año de los hermanos.

5 Item. Ordenamos que cuando algún hermano muera han de asistir a llevar el cuerpo a la iglesia los vecinos del lugar donde muriese, y si no hubiere en él hombres suficientes para el efecto asistan los del lugar más inmediato, y de no lo hacer así les multe el abad o vicario en media libre de cera aplicada para dichas cofradías, y esto se entiende a cada uno de los omisos.

6 Item. Ordenamos que en el gobierno de dichas cofradías no se ha de entrometer a mandar más que el abad con intervención de dos consiliarios que serán los dos mayordomos de cada cofradía, el presente que fuere y el antecesor inmediato.

7 Item. Ordenamos que cuando se hubiesen de nombrar mayordomos de dichas cofradías los nombre solo el abad y dichos consiliarios, y los nombrados acepten, y si no quisieren paguen cada uno dos ducados aplicados para cera de la cofradía para donde le nombraban, y el nombramiento pase a otro.

8 Item . Ordenamos que habiendo de hacer comida en las festividades de los Santos, se haya de sentar a la mesa uno de cada casa de los que tienen posibles, como son los que llegan a pagar primicia en pan y de no lo hacer pague la misma cantidad que si comiera.

9 Item. Que los cofrades que no tuvieren legítimo impedimento confiesen y comulguen, por lo menos en una de las festividades de los Santos Patronos, para que Dios Nuestro Señor sea más bien servido y los Santos más bien regocijados.

10 Item. Que los oficiales que fueren necesarios para servir en las fiestas de dichas cofradías, así en lo tocante al culto divino como a la mesa y otras prevenciones, sean nombrados solamente por el abad y dichos Consiliarios, y los que lo fueren acepten, so pena de media libra de cera para la cofradía de quien le hicieren la fiesta.

11 Item. Que las dichas Cofradías tengan de aquí en adelante nombre de Hermandad y Confraternidad, y se rijan y gobiernen por el abad y Consiliarios como queda dicho.

Santiago - Patrón de la Orden Militar de Santiago

Las cuales dichas Constituciones pedimos y suplicamos a su Señoría Ilustrísima el Señor Obispo de este obispado apruebe y autorice, y se digne conceder a los cofrades que son y fueren en las gracias e indulgencias que puede para mayor bien de nuestras almas y devoción de los Santos.

Y por verdad lo firmo como cura que soy de esta iglesia de San Cristóbal de Armariz, en ella dicho día mes y años ut supra.
Francisco González Lorenzo.

Con estas las Constituciones y antecedentes, por el Ilustrísimo Señor D. Diego Ros de Medrano, nombrado obispo de Orense, las aprobaba y aprobó, confirma y con firma, y mandó su Ilustrísima se guarde, cumpla y ejecute todo lo en ellas contenido, y lo firmó su Ilustrísima en la ciudad de Orense dentro de los palacios episcopales de ella, a dieciséis días del mes de julio de mil seiscientos y setenta y cinco.

Diego Obispo de Orense

Por mandato del obispo
Juan Bautista de Badiola


Anexo II
Libro de la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, sita en la Parroquia de San Cristóbal de Armariz. Siendo abad en esta feligresía el Licenciado Francisco González Lorenzo.

Cuadro de la Virgen del Rosario

Fundola el Padre Fray Gerónimo Bordallo de la orden de nuestro Padre Santo Domingo y predicador en el convento del Rosario de la ciudad de Orense. Con licencia de sus superiores, y del Ilustrísimo y Reverendísimo Señor D. Fray Baltasar de los Reyes Río y Tapia, Obispo que fue de este obispado, en cuya compañía venía a visita en veintiuno de mayo, año de 1672.

Dentro de la iglesia parroquial de San Cristóbal de Armariz, día del glorioso apóstol S. Andrés, treinta de noviembre de mil seiscientos setenta y ocho años, yo Francisco González, abad de la feligresía, estando para decir la misa al pueblo, juntos los feligreses, o la mayor parte de ellos, y en particular los cofrades de la cofradía del Rosario, como son:

Juan de Catoya
Benito de Martiña
Domingo Alonso
Gregorio da Cernada
Gregorio Álvarez
Pedro da Martiña
Gregorio Gómez Toxedo
Clemente de Arenillas
Santiago Cacharriquille
Gregorio Rodríguez
Antonio Álvarez
Bartolomé Pato
Pedro Cortés
Domingo Pérez
Andrés Fernández
Andrés Gómez
Pedro Carballo
Antonio Asensio
Gregorio Álvarez Granada
Pedro Pérez
José da Fonte
Pedro Carballo Tioira
Juan Fernández
Francisco da Graña
Francisco Cortés
Bernardo González
Lorenzo Álvarez
Pedro Lorenzo
Domingo Álvarez
Gregorio Cortés
Antonio de Sáa
Antonio Lorenzo
Lorenzo de Verdecima
Gregorio Maside
Domingo Maside
Jacinto de las Quintas
Gregorio de Porras
Blas Gómez de Sáa
Gregorio Gómez
Domingo Gómez
Miguel Fernández

Por sí y en nombre de todos los demás cofrades ausentes, presentes y venideros, dijeron que en veintiuno de mayo del año de mil seiscientos setenta y dos, el Padre Fray Gerónimo Bordallo de la orden de nuestro padre Santo Domingo y predicador, que al tiempo era en su convento del Rosario de la ciudad de Orense, con licencia que tenía de sus superiores y del Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. D. Fray Baltasar de los Reyes Río y Tapia, obispo que fue de este obispado, en cuya compañía venía a visita, fundó en esta parroquia la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, y que no ha tenido Constituciones ni Ordenanzas, que son la esencia de cualquiera hermandad y congragación para que tenga perseverancia y se conserve en el estado que la han puesto los fundadores, y por parecerles a los susodichos ser muy conveniente al servicio de Dios Nuestro Señor y de su Santísima Madre, y al bien de sus almas el que haya y tenga dichas Constituciones y ordenanzas, las hicieron y decretaron en la forma siguiente debajo del beneplácito del Ilustrísimo y Reverendísimo obispo de este obispado.


Constituciones

Primeramente constituyeron y ordenaron dichos hermanos. Por cada casa se nombren dos cabezas, esto por razón de la limosna que han de contribuir, como por razón de las misas que se han de decir por los hermanos que murieren, como luego se dirá.

2 Item. Ordenaron que cualesquiera dos cabezas de casa que entraren en dicha cofradía hayan de pagar de limosna, por la entrada dos Reales en dinero por una vez, y después en adelante en cada un año dos cuartos de pan traídos, un cuarto de castañas secas lleno. Cada cosa en su tiempo según se coge y se curan.

3 Item. Siendo el motivo y fin principal de las hermandades el ayudarse con misas y sufragios, y porque el sacrificio de la misa es la obra más aceptada y agradable a los ojos de Dios, y con que son más favorecidas las ánimas del purgatorio, por tanto establecieron y ordenaron, que cuando Nuestro Señor le fuere servido de llevarse para sí algún hermano, tengan obligación entre los dos cabezas de cada casa a decir o mandar decir una misa rezada por el hermano difunto, y traigan recibo de quién la dijo a mano del abad para que conste cómo se cumple.

4 Item. Y porque en dilatar mucho tiempo el decir los hermanos estas misas es en mucho daño y perjuicio de las ánimas de los hermanos difuntos, ordenaron que los hermanos traigan los recibos de las misas a mano de dicho abad dentro de un mes después de la muerte del hermano.

5 Item . Y porque los más de los hermanos no tienen prevención de cera para cuando Dios es servido de llevarles, decretaron que cada uno que muriere se le den dos velas de peso de un cuarterón para que ardan junto al cuerpo en tanto que se dispone su entierro.

6 Item. Ordenaron que la festividad de Nuestra Señora del Rosario, que está señalada para el día de la Purificación de Nuestra Señora, a dos de febrero, se celebren cada un año con asistencia de cuatro Sres. Sacerdotes, y digan una misa cantada y tres rezadas, y hagan procesión alrededor de la iglesia, y por ellas se les den la limosna acostumbrada que son dos Reales a cada uno, y estas se apliquen por los hermanos vivos y difuntos, y se paguen de la limosna con que se contribuye a dicha cofradía.

7 Item. Porque dicha cofradía no tiene renta ni hacienda para poder cumplir con los cuatro aniversarios que dispone la Bula, se hagan en cada año, si no es la limosna que dan los cofrades, por tanto ordenaron que por ahora se digan todas las festividades de esta feligresía que hubiere en cada año, misa rezada por los hermanos vivos y difuntos, y para ellas pide la limosna acostumbrada procediendo de la limosna que percibe dicha cofradía.

Nuestra Señora del Rosario - Cofradía de Valladolid

Las cuales Constituciones y ordenanzas según y cómo en ellas se contienen, se obligaron dichos hermanos por sí y en nombre de los ausentes y presentes y los que en adelante fueren, a guardarlas y que serán firmes y estables en ellas, pena del que contraviniere a ellas, todas en general o a cualquiera de ellas en particular, pagará una libra de cera para dicha hermandad y cofradía, y para que en lo adelante tengan mayor valor y firmeza, suplican a su Santa Ilustrísima el Obispo de este obispado las apruebe y confirme, y a ellas interponga su autoridad y decreto, a todo lo cual fueron presentes los referidos y de ellos firmaron los que sabían, en la iglesia dicho día, mes y año ut supra.

D. Diego Ros de Medrano bendecido con la gracia de Dios y de la santa sede de este Obispo de Orense del Consejo Capitular de Santiago.

Por la presente confirmamos y aprobamos las constituciones antecedentes, y a ellas imponemos nuestra autoridad por decreto judicial y mandamos se obedecieren y guarden como en ellas se contiene. Y concedemos a cada uno de dichos cofrades cuarenta días de indulgencia en el día de la festividad. Dada la presente a siete de diciembre de mil seiscientos setenta y ocho.
Diego, Obispo de Orense


Anexo III

Imagen de San Roque

Versos o Gozos de San Roque

Pues médico eres divino
con prodigiosas señales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Señorío y noble cuna
te dio en Montpellier el Cielo
y en Ti grabó tu desvelo
claro anuncio su fortuna.

Con roja cruz te previno
de nacer en los umbrales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Contra el mundo con espanto
tan temprana guerra empieza,
que entre ayunos y asperezas
eras niño y eras santo.

Oh que feliz destino
enseñaste a los mortales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

De doce años a tu tío
dando a los pobres tu hacienda,
su cuidado le encomiendas
vasallos y señoríos.

De Roma por los caminos
peregrino y pobre sales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

En Acquapendente hallaste
la gente apestada y triste,
cruces sobre ellos hiciste
al instante los sanaste.

Roma y contornos vecinos
logra en Ti favores tales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Porque Dios probarte quiere
y coronarte promete,
una fiebre te acomete
y una saeta te hiere.

Oh que fiel te halló y qué fino
en males tan desiguales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Olvidado de las gentes
solo en un monte viviste
y un perro con pan te asiste
con que la vida sustentes.

Fue providente imagino
digna de eternos anales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Vuelves por fin a tu tierra
y nadie te conocía.
tu tío te juzga espía
y en una cárcel te encierra.

La muerte ese desatino
te dio ciento años cabales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

Pídele a Dios pues lo eres
ser de la peste abogado
y así Dios te lo ha otorgado
y herido de peste mueres.

Oh Roque patrón divino
de pueblos universales.
Líbranos de peste y males
Roque Santo peregrino.

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